Píldoras de Historia

El mayo: una tradición de mayo

26/05/2023

El 3 de junio de 1933 el periódico La Voz de Cantabria incluyó esta crónica de su corresponsal en Vega de Liébana, bajo el título "Fiesta tradicional" (algunas palabras borrosas, están entre interrogantes):

«Desde muy antiguo existía en este pueblo la costumbre de festejar el mes de mayo, como el más hermoso del año, yendo un sábado de este mes al monte a cortar el árbol más alto y derecho que se encontrase para pinarle en la tarde del día siguiente en la plaza del pueblo, después de quitarle todas las quimas y la corteza natural y poner una compuesta de jabón y otras materias grasosas para hacer muy difícil la subida, trepando por el tallo así ya parado hasta la punta.

La Vega, 1952. Pinando el mayo a Don Desi. Esta costumbre se ha ido perdiendo poco a poco, y el último mayo -nombre que se da al palo engrasado- hace ya unos quince años que se pinó; pero los actualmente jóvenes de ambos sexos se pusieron este año de acuerdo para prolongar un poco más la intrépida costumbre, y el sábado último bajaron del monte una hermosa haya, que fue recibida a su llegada al pueblo con numerosos cohetes y cánticos típicos que las jóvenes entonaron con mucho gusto.

El día siguiente, domingo, por la tarde, a la hora señalada para pinar el mayo, como vulgarmente se dice, se había reunido en la plaza del pueblo una gran muchedumbre de gente a presenciar el ya raro espectáculo.

Muchos jóvenes forasteros y aun algunos hombres de edad se prestaron a ayudar a pinarle, y aun así no ¿? nada, pues se trataba de un tallo bastante grueso y de cerca de veinte metros de longitud.

Colocado por fin en posición vertical pronto empezaron los mejores trepadores a darle sus tanteos para ver si podían subirle y ganar el premio acordado, consistente en una hermosa ¿tarta? de las mozas y cierta cantidad en metálico de los mozos; pero debido a la gran cantidad de grasa de que fue untado, todos los esfuerzos resultaron inútiles, hasta que ya al anochecer el joven de Pollayo, Benito Corral, ayudado por algún otro y rebozándose las manos continuamente con polvo de ¿? consiguió llegar hasta el extremo y echar abajo las naranjas que se habían puesto en un ramo como adorno. Fue una verdadera valentía, a pesar de los medios de que se valió dicho campeón».


La imagen corresponde al mayo que se puso en La Vega en 1952 con motivo del cantamisas de Don Desi.


Quien quiera profundizar más en esta tradición puede hacerlo en este libro de José Manuel Gutiérrez Fernández: El mayo, una tradición lebaniega.

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