Píldoras de Historia

De cuando los "coches de Su Majestad" salían de Liébana

Hubo un tiempo en que los coches –carruajes- que utilizaban los reyes de España eran fabricados con materia prima procedente de Liébana. Así sucedió, al menos, durante parte del reinado de Carlos IV, cuando el "maestro de coches de Su Majestad" Andrés Tadeo Pérez apoderó a varios lebaniegos para que le surtieran de las varas de haya que empleaba en la construcción de los coches. Ello, sin embargo, lejos de ser bien recibido en la comarca, lo que originó fue algún conflicto como vamos a ver.

Todo comenzó en 1788 con el otorgamiento por el rey de una Real Orden en virtud de la cual don Tadeo Pérez, "maestro de coches de la Real Caballeriza", podía cortar cada año en los montes de la Provincia de Liébana los árboles necesarios para reunir 24 carros de varas de coche de haya. Obviamente, sin pagar nada a cambio.

Tadeo, el maestro de coches, que tenía su taller en Madrid, delegó la consecución de la madera en Juan Antonio de la Madriz, Ignacio Josef de Viaña, Ventura Fernández de Cossío y Juan Sánchez de Agüeros, vecinos de San Andrés, Lameo, Buyezo y Bárago, respectivamente, dándoles para ello el correspondiente poder.

Dado que las varas debían de ser transportadas hasta Madrid, los cuatro lebaniegos decidieron que el mejor lugar para cortar los árboles era los montes de Caloca y Vendejo, desde donde minimizaban el coste del acarreo, al salir rápidamente a Castilla. Sin embargo, los concejos afectados se opusieron a ello: entendían que cortar todos los años en sus montes les suponía un gran perjuicio. El 26 de enero de 1789 recurrieron al Juzgado de Marina alegando que en la Real Orden se estipulaba que la corta debía realizarse en los montes de Liébana, "por lo que pareze que la intenzión de Su Majestad a sido y es que se haga la espresada corta con alternación de los montes comprendidos en los parajes que señala y a la verdad se deja conocer la utilidad que redundará a fabor de el real servicio en que se verifique dicha alternatiba, pues de lo contrario executándose la corta solo en los montes de los nominados concexos, éstos se arruinarán".

El juez, Ambrosio de Torres, da la razón a los representantes del Valle de Valdeportilla (Caloca y Vendejo) y emite una providencia en la que dice que "Respecto de que haze poco tiempo en los montes de la Provincia de Liévana y jurisdiciones de Vendejo y Caloca se cortaron las baras correspondientes para los coches de la Casa Real, el asentista u obligado Don Juan Antonio de la Madrid y Compañía pasará a otro distrito o jurisdición donde exista la madera correspondiente a esta misma provisión, como son Bedoia, Espinama, Cosgaia y Balle de Zerezeda, a fin de que en éstas y el Balle de Poblaciones sufran alternativamente el desfalco de estos cortes". Era febrero de 1789 y parece darse a entender que ya en años anteriores se había realizado la corta en Vendejo y Caloca.

Sin embargo, las cortas se producen nuevamente en los montes de estos lugares por lo que su representante, Josef Joachín López de la Madriz, vuelve a reclamar, ya en 1790, que se cumpla la providencia anterior. Expone que Juan Antonio de la Madrid recurrió y "a logrado facultaz para cortar en los montes de mis comunes sin guardar la alternatiba privenida ni menos tocar a los montes de los demás comunes", "sin más atención que la de serle menos costosa dicha corta y acarreo de materiales a tierra de Castilla". No es razonable que sus comunes, dice, sufran tantos perjuicios por "particulares intereses".

Como contestación, en noviembre de 1790, Juan Antonio de la Madriz e Ignacio Josef de Viaña, vecinos de San Andrés y Lameo, Bentura Fernández, de Buyezo, y Juan Sánchez de Agüeros, de la Villa de Várago, comparecen, "como apoderados que somos de Don Thadeo Pérez, maestro de coches de el rey nuestro señor y su real familia, y por Real Orden comunicada a fabor de éste, se le concede licencia y facultad perpetua para la corta de los árboles necesarios para veinte y cuatro carros de baras de coche de aya, con que todos los años se pida licencia a el ministro de Marina de la probincia de Santander, y habiendo ocurrido ante dicho señor, despachó su licencia en forma en veynte y tres del pasado mes de optubre la que habiendo ocurrido ante Vuestra Merced le dio el correspondiente pase mandando que, pena de cincuenta ducados, ninguno de los pueblos en donde se practicase dicha corta nos pusieren el menor reparo ni impedimento en cuyo supuesto se notificó a los regidores de los lugares de Vendejo y Caloca, según consta de dichas notificaciones, los que pareze ser se oponen a que en manera alguna se corte en sus montes árbol ninguno". Según ellos, por tanto, el ministro de Marina de Santander les dio permiso para hacer allí la corta.

Los de Valdeportilla, notificados del anterior escrito, comparecen nuevamente, representados esta vez por Matías de Galnares y Cosío, vecino de Vendejo, recordando la providencia dada y pidiendo se proceda a "amonestar a la parte de dicho asentista".

El expediente, que figura digitalizado en el Archivo Histórico de Potes, está incompleto por lo que no sabemos cómo se resolvió.

Andrés Tadeo Pérez, que acabó en concurso de acreedores, fue maestro de coches de Su Majestad hasta 1817. No sabemos si durante todos esos años mantuvo el apoderamiento a los cuatro lebaniegos citados. Lo que está claro es que durante varios años se cortaron las varas utilizadas en los coches de la familia real en los montes de, al menos, Caloca y Vendejo. De prosperar las pretensiones de estos concejos, la corta se realizaría, además, otros años en los montes de otros concejos lebaniegos pero, en todo caso, fue de montes lebaniegos de donde salieron.

Enlaces relacionados:

» Expediente del Archivo Histórico de Potes.

» Interesante Blog que incluye la relación de servidores con que contaron la Casa de Austria y la de Borbón, entre ellos, cita a ese "maestro de coches" y, también, es de donde se ha tomado la foto que ilustra esta píldora de Historia.

También en esta sección: