Píldoras de Historia

Bicentenario de la iglesia de Salarzón I:
Los Gómez de la Cortina en Méjico

En 2019 la iglesia de Salarzón cumple 200 años. Vamos a acercarnos, a través de varias entradas, a la iglesia y quienes la mandaron construir. Comenzamos hoy con los ascendientes que marcharon a Méjico desde Cosgaya: José y Servando Gómez de la Cortina

José Gómez de la Cortina, nacido en Cosgaya en 1719, llegó a Méjico en 1737. Dedicado a los negocios y con la ayuda de los hermanos espinamenses Alejandro y Alberto Rodríguez de Cosgaya, hace fortuna y, en 1760, en un nuevo viaje desde la Península transportando ropa y otros enseres, lleva con él a «Servando Gómez, natural de Guiguesca, Reino de León, de edad de diez y siete años, buen cuerpo, ojos pardos», que es, pese al lugar de nacimiento reflejado, su sobrino Servando Gómez de la Cortina. Nacido en Cosgaya en 1741, en realidad Servando tenía entonces 18 años, a punto de cumplir los 19, y se instalará en Méjico junto a su tío.

La muerte en 1768 de Alejandro Rodríguez de Cosgaya, el fundador de la Obra Pía de Espinama, va a aportar, tanto a José como a Servando Gómez de la Cortina, la posibilidad de reforzar su posición y aumentar su fortuna. Alejandro les nombra a ambos, junto a su hermano Alberto Rodríguez de Cosgaya, albaceas de su testamento, con amplios poderes para ir enviando a Espinama sus bienes. En concreto, Alejandro estipuló que vendieran todas sus mercancías sin aceleración «para que no se experimente detrimento en su valor». Para gestionarlo, los albaceas constituyeron una sociedad, con los Gómez de la Cortina de administradores, de la que obtendrían cuantiosos beneficios, que se suman a los conseguidos con los negocios privados.

Los Gómez de la Cortina, que invierten allí, en Méjico, parte de su fortuna en tierras, fundando un mayorazgo, empiezan a ascender socialmente, incorporándose a distintas instituciones, en particular Servando que, además, se casa en 1775 con una criolla de elevada posición, lo que le permite relacionarse con las principales familias del Virreinato de Nueva España. Así, Servando es admitido como Familiar del Santo Oficio; se incorpora a la Orden de Santiago; llegará a coronal del Regimiento de Milicias Urbanas de México... y obtiene el título nobiliario.

Fue el 15 de enero de 1783 cuando el rey otorga a Servando, para él y sus descendientes, el título de Conde de la Cortina, para cuya concesión fueron determinantes las elevadas sumas de dinero aportadas por Servando a la Corona, tanto en forma de donativos como de préstamos. Cuando su tío José fallece en 1784, Servando estaba ya en la cúspide de la sociedad mejicana, en la que seguiría ganando posiciones en los años siguientes, hasta su muerte ocurrida el 27 de octubre de 1795.

En su testamento, Servando mostró que no había olvidado su procedencia lebaniega y estableció que se enviara dinero a Cosgaya para fundar una escuela de primeras letras. Ya previamente había mandado edificar la nueva iglesia de Cosgaya, como tuvimos ocasión de recordar en esta píldora de historia. También su tío José había mandado construir la que ahora se conoce como "Casona de Treviño".

Serían sus herederos quienes, manteniendo la relación con Liébana, edificarán la iglesia de Salarzón. Los conocemos en la próxima entrega.


Para saber más sobre el I Conde la Cortina puede verse la tesis de Luis Arturo del Castillo incluida en la Biblioteca Virtual Lebaniega.

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