Píldoras de Historia

Sobre la iglesia de San Vicente y Potes

Desde mediados del siglo X está documentada la existencia en Potes de una iglesia dedicada a San Vicente. Fue éste un clérigo que hacia el año 304 o 305 fue martirizado en una de las persecuciones contra los cristianos instigada por el emperador romano Diocleciano. Es el mártir más antiguo que se conoce de España. Según la tradición, su muerte se produjo el 22 de enero, motivo por el que la Iglesia, cuando le elevó a los altares, fijó ese día como el de su fiesta. (Si alguien desea más detalles sobre este santo: +.). Pueblos de Liébana cuya parroquia está bajo la advocación de San Vicente Mártir, además de Potes, son Castro Cillorigo, Espinama, Pembes y La Vega.

En las sucesivas iglesias que han existido en Potes dedicadas a San Vicente, aparte de la recepción de los sacramentos por la inmensa mayoría de quienes fueron o son habitantes de la capital lebaniega, han ocurrido muchas cosas. Una de las más llamativas tuvo lugar en 1507, cuando en el marco de luchas entre grupos rivales, fue convertida en cárcel y "escenario de una sangrienta batalla", en expresión del historiador Jesús A. Solórzano.

Al parecer, todo comenzó con la muerte de Pedro de Rávago a manos de Alonso Torre y Gonzalo Tejedor, vecinos de Potes, quienes, perseguidos, buscaron refugio en la iglesia, que, en principio, gozaba de inmunidad. Sin embargo, ello no detuvo a los perseguidores por lo que Fernando López de Lamadrid, alcalde mayor de la Merindad de Liébana, y Gonzalo Rodríguez de la Canal, alcalde ordinario de Potes, accedieron a la iglesia, según ellos para proteger a los perseguidos, y lo mismo hicieron, y con el mismo fin, García de Vielba, vecino de Baró, y Elvira Torre, hermana de Alonso, uno de los perseguidos. Los alcaldes declaran que, entonces, dentro de la iglesia, Alonso y Gonzalo, "con mal propósito", hirieron y "sacaron sangre" de dos cuchilladas a García y de otra a Elvira.

Los alcaldes, al ver la iglesia "toda llena de sangre", mandaron al merino que hiciera prisión en ella a los dichos Alonso Torre y Gonzalo Tejedor. Esto supuso, según el prior de Santo Toribio, de quien dependía la iglesia de Potes, una violación a la inmunidad eclesiástica e interpuso un requerimiento para que se levantara el "encastillamiento" y se ordenara que las gentes que "con gran alboroto, mano armada, con lanzas e escudos e ballestas entraron en la iglesia" saliesen de ella.

Según el prior, fueron éstos quienes provocaron el derramamiento de sangre y quienes durante quince días habían convertido la iglesia en "mesón, e establo e cárcel pública, e tienen en ella camas, e llares, e hogar e mesas, e bien bastecida de armas e llaman gente de esta Merindad para la bastecer y tener encastillada", además de causar destrozos.

Finalmente, a raíz del requerimiento realizado por el prior, parece que se levantó un tanto la guardia lo que aprovecharon el prior y sus mandados para ir "de noche con gente e armada para la dicha iglesia e llevaron los dichos matadores envioladores para el dicho monasterio e los tiene en su poder", siendo entonces el merino quien requería al prior que se los entregara, so pena de 200.000 maravedíes "que vienen de daño a la villa de Potes e a mi en su nombre".

No sabemos cómo acabaría la historia, que seguro que no hubiera gustado a San Vicente.

También en esta sección: