24/01/2016

¿Sabía que... en Liébana también se produjo seda?

Allá por 1836 Matías de Lamadrid dejó constancia en su libro sobre las riquezas de Liébana del descubrimiento en una panera abandonada de Lerones de capullos de seda producidos por gusanos autóctonos, incitando a los lebaniegos a la cría del gusano de seda, la sericicultura. Al parecer, recogió el guante Ángel Gómez de Enterría, catedrático en la Universidad Central de Madrid, quien, a mediados del siglo XIX, procedió a plantar moreras "y enseñó la manera de criar los gusanos y el edificio llamado La Casería, en el camino de Santo Toribio, le construyó para dedicarle a la cría del gusano de seda", escribían en 1925 en La Voz de Liébana, en una información que completaban con este texto:

"Quien esto escribe recuerda, siendo niño, hace esto cincuenta años, haber visto en el desván de su casa cuatro o seis cestos de vendimiar llenos de capullos de seda ya viejos y apolillados, y haber visto también pañuelos de seda que su abuela había hilado de los capullos recogidos en casa".

Ildefonso Llorente también dejó constancia de haber visto el plantío de moreras del doctor Ángel Gómez de Enterría y los gusanos, cuyos "hermosos capullos" vio él hacia 1848-1850. "Murió el Sr. Enterría y nadie más se ha dedicado a la sericicultura", escribía Llorente en 1882.

No sabemos si algún lebaniego más se dedicaría con posterioridad a ella (en 1925 la Diputación ofrecía plantas de morera gratis, de ahí el apunte de La Voz de Liébana), pero, en todo caso, sépase que, aunque fuera testimonial, Liébana también tuvo su pequeña producción de seda.

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