Píldoras de Historia

"Acción de Vendejo"

21/03/2016

Batalla de la I Guerra Carlista que tuvo lugar en Vendejo (Pesaguero, Liébana)

Se cumplen ahora 178 años de la "Acción de Vendejo", una de las batallas que tuvieron lugar durante la Primera Guerra Carlista. Había comenzado ésta en 1833, al morir Fernando VII, quien, como no había tenido descendencia masculina, había derogado poco antes la conocida como "Ley Sálica" que impedía a las mujeres acceder al trono. Su hermano Carlos María Isidro, que hubiera heredado el trono de no haberse derogado esa Ley, y sus seguidores trataron entonces de llegar al poder por las armas, comenzando una guerra que terminaría en agosto de 1839 con el conocido como "Abrazo de Vergara" entre los generales Espartero y Maroto.

Fue poco más de un año antes del fin de la guerra, el 21 de marzo de 1838, cuando una expedición carlista, que Ildefonso Llorente cuantifica en 6.000 hombres, entró en Liébana procedente de Castilla, al mando del Conde de Negri y de Zabala, perseguida por el ejército liberal, unos 10.000 hombres mandados por el general Latre. Los carlistas se posicionaron en los altos, a ambos lados del río, esperando el paso de los liberales por el desfiladero.

No vamos a reproducir aquí el relato de la batalla que hace Llorente en 1882 en su obra "Recuerdos de Liébana", que puede leerse, al menos parcialmente, en Google Books y completo, desde la página 177 en Biblioteca Virtual Lebaniega.

El caso es que, como cuenta la publicación de 1845 "Panorama español", "el combate fue tan sangriento y reñido, que hubo posición perdida y recobrada cuatro veces. Repetidas cargas a la bayoneta se dieron los combatientes, disputándose con encarnizamiento la posesión de una alta montaña que dominaba el desfiladero ocupado por las tropas de la Reina, hasta quedar por estas, que al fin alcanzaron la victoria. Cara les costó no obstante, pues sufrieron una baja de mas de cuatrocientos hombres, entre muertos, contusos y heridos, siendo de estos últimos el general Latre y el brigadier D. José Quintana. Superior a la de los vencedores fue la pérdida de los expedicionarios, cuyo gefe desistió del intento de invadir Asturias y Galicia".

La versión de la batalla dada por Llorente, que cifra en 750 los muertos sólo de las fuerzas liberales, es la que ha servido tradicionalmente para dar cuenta de ella. Nosotros vamos a añadir aquí dos fuentes contemporáneas a los hechos.

Por un lado, un croquis y explicación de la batalla realizada por el ejercito gubernamental (los liberales), que procede de los archivos del Ministerio de Defensa, que muestra, dividida en cuatro fases, los distintos movimientos de las tropas y rebaja notablemente el número de muertos, aunque sí que reconoce un gran número de heridos, de los cuales muchos fallecerían en los días siguientes al quedar a la intemperie, en unas duras condiciones climatológicas.

Así lo confirma, cuando dice que "no abía carros para conducirlos" (a los heridos), la segunda fuente que presentamos: una carta escrita pocos días después de la batalla por Teresa Rodríguez de Cosgaya, vecina de Perrozo, dada a conocer en Foropicos con motivo de hablarse de esta batalla (Ver.)

Lo que sí que queda claro es que, además de las víctimas del combate, los vecinos de aquellos pueblos fueron unas víctimas más. Como dice la carta, en Caloca, Vendejo, Pesaguero, Barreda, Lerones, Perrozo y Lamedo "no dejaron casi nada de ganado maior ni menor ni la mas ruin ropa", ni colchones ni vino ni grano. En Vendejo, en particular, donde, como consecuencia de las nevadas que caían, la división de Latre permaneció tres días (salvo dos batallones que pasaron a Caloca) "amontonada en las veinticinco casas, que, con la pequeña iglesia, componían el pueblo", quemaron puertas y ventanas para hacer lumbre, consumieron la mitad de las parejas de bueyes y, de las cuatrocientas cabezas que había de ganado ovino, caprino y de cerda, solo cuatro cerdos se salvaron; la hierba de los pajares se la echaron a sus caballos y hasta de la iglesia, llena de heridos, "el copón con las formas desapareció".

Por ello, según cuenta Llorente, el vecindario envió una carta a la reina regente pidiendo "se digne encargar a las autoridades que corresponda, formen expediente en averigüación de los daños y perjuicios que, a consecuencia de las tropas porlos días 22 y 23 hasta la mañana del 24, se ocasionaron a estos habitantes: reintegrándoles en metálico, o desonorándoles de las contribuciones, tanto ordinarias como extraordinarias, hasta la presente indemnización, y que sin perjuicio y a buena cuenta, por el Intendete de la provincia, se anticipe la cantidad necesaria pra comprar una labranza[pareja de bueyes] cada vecino que no pudiese preservar por lo menos una". La contestación recibida fue "que se hallaban muchos pueblos de la nación en igual caso, y que no se podía remediar a tantos".

Enlaces relacionados

Carta relacionada con la batalla.

Croquis de la batalla y explicación.

Nota: el enlace a la Bibblioteca Virtual Lebaniega ha sido añadido en 2021.


Compartir en Imagen Imagen

Biblioteca Virtual Lebaniega

También en esta sección: