Gabino Santos Briz. 13/3/2022 (actualizado 15/3/2022)
En la prensa lebaniega y cántabra de 1930 apareció durante varios meses el anuncio de la "Vitamina Rebeco. Vitaminas de los Picos de Europa". Se publicitaba, como vemos en la imagen, como reconstituyente y antituberculoso indicado en todos los trastornos de la nutrición, señalando que las vitaminas eran producidas "en las plantas en estas grandes altitudes [los Picos] por los rayos ultravioleta naturales del Sol".
Fue el farmacéutico de Potes Jesús Jusué quien desarrolló este producto. Así explicó cómo lo hizo:
«Dos circunstancias o motivos han sido los que me movieron para hacer detenidos estudios durante dos años acerca de las vitaminas de los Picos de Europa. La primera, el gran cariño que tengo a mi patria chica, la hermosa región de Liébana, donde tenemos los incomparables Picos de Europa. La segunda razón, mi entusiasmo por la ciencia de las vitaminas.
Como muy aficionado que soy a la ganadería, me demostró la práctica, viéndolo uno y otro año, que las vacas que no pastean durante los meses de verano las hierbas de los Picos de Europa, al llegar la época del invierno se enflaquecen, mientras que otras reses que pasan todo el verano en los puertos de los Picos de Europa se conservan todo el invierno (con la misma alimentación que las anteriores) gordas y con más energías. ¿A qué obedecen estas virtudes que tienen las plantas de los Picos de Europa?
Puedo asegurar, sin miedo a equivocarme, que son debidas a la gran cantidad de vitaminas antirraquíticas que contienen.
Los rayos ultravioletas, naturales del Sol, son los que, obrando sobre las plantas en aquellas grandes alturas (cerca de 3.000 metros) producen la vitamina antirraquítica D.
Los ganados que empiezan a alimentarse de estas plantas "irradiadas" desde principios del mes de junio, van poco a poco depositando en su organismo cantidades de vitamina D, acumulando la mayor parte en el hígado.
Siendo este hígado de vaca alimentada con las plantas "irradiadas" de los Picos de Europa, el que pienso utilizar como base en la preparación del reconstituyente que denominaré "Vitamina Rebeco"».
Este texto fue publicado en El Cantábrico el 22 de agosto de 1929, antes de la conclusión de sus estudios. Por aquellos días, ya anunciaba su vitamina que se pondría a la venta "en el próximo otoño". Al final, tardó algo más y tuvo que cambiar lo del otoño por "muy pronto", hasta que en mayo de 1930 ya apareció el anuncio con que comenzamos, anuncio que hemos localizado en La Voz de Liébana, El Cantábrico, El Diario Montañés y La Voz de Cantabria.
La demora en el lanzamiento se debió a «una serie de dificultades, debidas, principalmente, a tener la convicción, después de tener hechas las pruebas y contrapruebas necesarias, de que con la acción del calor se pierden las vitaminas o sus propiedades; momentos hubo en que desistí de seguir más adelante, hasta que, a fuerza de insistir» lo cnsiguió. Así lo cuenta en un folleto publicitario que publicó, en el que se ofrecen otros datos como la fórmula (según la cual, el extracto de hígado de vaca suponía sólo 0,80 gramos de cada 100 del producto; el principal componente, 60 gramos de cada 100, era "glicerina neutra, esterilizada de 30º B"), que se preparaba en el Laboratorio Cántabro de Santander, el número de registro en el Instituto Técnico de Comprobación y el precio (9,70 pesetas el frasco de 150 c.c., timbre y Sanidad incluido).
La Vitamina Rebeco se vendía inicialmente en Santander y en Madrid y siguió anunciándose, aunque menos y con distinto formato, en 1931, 1932 y 1933. Desde fines de 1931 deja de figurar el punto de venta de Madrid lo que puede ser indicativo de la falta de demanda. En los anuncios de 1932, se hace constar un precio distinto: se vendía a 6,70 pesetas el frasco inicialmente y a 7 pesetas desde octubre. Además este año se vendía ya en farmacias, no sólo en Pérez del Molino de Santander y la fórmula se había modificado, aumentando hasta 1 gramo la dosis de extracto de hígado de vaca por cada 100 del producto.
El último anuncio que nos consta es el aparecido en El Diario Montañés el 10 de marzo de 1933, lo que nos hace pensar que no mucho después debió de desaparecer del mercado. Cuando en diciembre de 1956 se da cuenta del fallecimiento de Jesús Jusué y se repasa su vida, no se menciona la Vitamina Rebeco, lo que confirma que no prosperó.
Agradezco públicamente a César Gutiérrez Fernández haberme facilitado el folleto publicitario y la fórmula posterior.