EL COBRO DE LOS RESCATES EN MONTAÑA

El pasado 12 de marzo, El Diario Montañés publicaba que "El Gobierno catalogará los deportes de riesgo en los que cobrará el rescate". La noticia comienza así: "Las imprudencias en la montaña se pagan muy caras, y ya no sólo de forma figurada: la inminente reorganización del Servicio de Emergencias de Cantabria (Semca) contemplará la posibilidad de cobrar los gastos de rescate a deportistas negligentes y no federados, forzada por la situación económica y la necesidad de recortar gastos en el Gobierno regional".

El cobro de los rescates en montaña que, parece, piensa implantar el Gobierno de Cantabria no es novedad en España ya que otras comunidades autónomas ya lo han implantado recientemente. Es el caso del País Vasco, donde, desde el uno de enero, existe la "tasa por la prestación de servicios de rastreo, rescate o salvamento durante la práctica de actividades consideradas como peligrosas o de riesgo" o de la Junta de Castilla y León que ha creado una tasa por el servicio de rescate en casos de negligencia.

Las actividades que en el País Vasco dan lugar al pago de la tasa son aquéllas que comportan un "riesgo evidente", incluyéndose entre ellas, la escalada, el descenso de cañones, la espeleología deportiva, la bicicleta de montaña sin casco protector, los quads, etc. Se cobrará el rescate, además, cuando se acceda a zonas consideradas peligrosas, cuando se desatiendan avisos de emergencias meteorológicas o de otro tipo, o cuando se solicite un rescate sin justificación.

En Castilla y León, se da mayor importancia a la negligencia del rescatado. La Tasa en Materia de Protección Ciudadana se cobrará por el rescate y la búsqueda:

"– Cuando el afectado no haya atendido los boletines o partes de avisos de alerta o de predicción de meteorología adversa emitidos por los servicios meteorológicos nacionales, protección civil u organismos análogos, incluidos los avisos emitidos por la Junta de Castilla y León.
– Cuando la búsqueda o rescate tenga lugar en zonas señaladas como peligrosas o en aquellas de acceso prohibido o restringido, sin autorización de la autoridad competente.
– Cuando las personas rescatadas no llevaran el equipamiento adecuado a la actividad".

Como vemos, los supuestos de pago son muy arbitrarios. ¿Cómo se puede tener conocimiento en plena montaña, tras varios días allí, sin cobertura de móviles, de los avisos de alerta? ¿Van a llenar de señales las montañas avisando de cada precipicio, de cada sima, de cada lugar de peligro o simplemente van a poner un aviso en los accesos de "zona peligrosa" y con eso ya cumplen? ¿Quién determina si se llevaba o no el "equipamiento adecuado"?

El importe de las tasas es considerable. Así, en el País Vasco "La cuota en los rescates […] será de 36 euros por cada persona movilizada, 38 euros por cada vehículo, 2.093 euros por cada helicóptero y por cada embarcación podrá ir de los 383 a los 2.017 euros". En Castilla y León, la primera hora del helicóptero supone 1.947 euros; cada rescatador que participe cuesta 32,30 euros/hora; cada operador de logística, 25,47 € y cada técnico de mando o coordinación, 37,89 euros/hora. La primera hora se devenga completa en todo caso.

La aprobación de estas tasas, que no hace sino favorecer la contratación de seguros por quienes practican habitualmente las referidas actividades, ha suscitado notable contestación en medios montañeros del País Vasco y Castilla y León y, ahora, de Cantabria, que se sienten discriminados respecto a los practicantes de otras actividades. Sirva como ejemplo el siguiente texto, incluido en uno de los comentarios a la noticia de El Diario Montañés:

"La medida es totalmente injusta. Cada domingo tengo que ver como se moviliza una ingente cantidad de medios técnicos y humanos (con el coste que ello supone) para que la gente vaya al futbol y nadie paga por ello. En verano, las playas están llenas y los servicios de salvamento, gratis para los usuarios, cuestan una pasta a las administraciones, y la mayoría de los incidentes se deben a conductas irresponsables de la gente".

Razón no le falta en esas afirmaciones, pero parece que a los gobiernos sólo les interesa si las actividades son masivas o no. Como al fútbol y a la playa va mucha gente junta, no se cobra. El que va a la montaña, sólo o en pequeños grupos, y abandona la masa, en cambio, ha de pagar. Eso de que la gente vaya –y piense- por libre, nunca ha gustado a las autoridades.

Así que, lebaniegos o amantes de nuestras montañas, ya sabéis: mucho ojo con tener un accidente no sea que nos tengan que rescatar, porque luego nos pasan la factura. De momento, ya pueden hacerlo si el rescate es en los limítrofes territorios de León o Palencia. Pronto, parece, también en Cantabria.

Para más información: De Castilla y León y Del País Vasco

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