Noticias de Liébana


La sarna ya está presente en rebecos, corzos y venados del cordal de Peñasagra

29/11/2014

La sarna ya está presente en rebecos, corzos y venados del cordal de Peñasagra. La no actuación sobre el problema podría tener graves consecuencias para la comarca de Liébana.

La sarna sigue dejando escenas que nadie desearía ver con una estela de cadáveres de rebecos, ciervos y corzos en el cordal de Peña Sagra y sus alrededores dentro de la comarca de Liébana. Esta enfermedad, que parece estaba circunscrita, y más o menos controlada de forma "natural", en zonas concretas del Parque Nacional de los Picos de Europa ha traspasado ya las fronteras del mismo para comenzar a hacer estragos en sus zonas de influencia.

La sarna o escabiosis es una enfermedad contagiosa causada por la infestación de la piel por un parásito, ácaro, microscópico, que ocasiona mucho picor, siendo este el síntoma característico y que termina acabando con la vida de los que la adquieren si no es tratada adecuadamente. Se infecta por contacto directo y los primeros casos aparecieron en el año 93 llegando a adquirir tintes importantes en periodos muy concretos y, según fuentes consultadas, seguirá haciéndolo sobre todo porque "las políticas de gestión de los Parques Nacionales han elegido eliminar la caza en sus territorios y "no actuar" sobre los animales enfermos, salvo en aquellos que están en la última fase y que habiten zonas donde hayan cabañas ganaderas". "Las consecuencias, siguen manifestando, son claras para las zonas donde existe: se pierde una importante fuente de ingresos y no se tiene en cuenta una actividad como la caza que sin duda alguna es indispensable para la buena gestión de las poblaciones de las especies afectadas por esta grave enfermedad contagiosa". Pero además de todo esto, y a pesar de que la extensión del Parque Nacional de Picos de Europa alcanza las cerca de 65.000 hectáreas, el miedo y las precauciones, por las consecuencias, sobre el posible "paso" de la enfermedad a territorios cercanos al Parque, siempre ha estado durante todos estos años desde la aparición y evolución de la enfermedad, porque los animales no entienden de fronteras y los ácaros de Picos producen los mismos efectos en otros territorios. Y lo peor de todo es que esos temores tenían fundamento viendo la realidad actual.

Imagen Primero fue la zona de Peña Prieta dentro de la Cordillera Cantábrica. Las autoridades regionales competentes comenzaron a recibir, según las fuentes consultadas por ALERTA, las malas noticias, aunque, según las mismas fuentes, poco o nada se hace por atajar el problema. Las cosas se complican aún más al observarse ya animales contagiados en unos casos, moribundos en otros y muertos en el lado extremo en la zona del puerto de Piedrasluengas, Peña Sagra y Peña Labra. De todos los casos se han observado ya en Peña Sagra en su vertiente lebaniega y, las fuentes aludidas, dicen tener constancia de que "quien ha de tomar medidas está convenientemente informado sobre esos casos que ya están apareciendo cada vez con más proliferación, pero las actuaciones no se ven por ningún lado. Los animales se dejan morir de una enfermedad cuyo proceso es muy lento a la vez que cruel al estar agonizando durante muchas jornadas. Los cadáveres se abandonan en el monte con el consiguiente peligro de infección para otros animales, peligro que incluso puede existir para las propias personas. No hay que olvidar que estamos hablando de una enfermedad contagiosa en la que el control es prácticamente nulo".

Lo que parece sí está bastante claro "es que de seguir así durante mucho tiempo, con la ausencia de medidas, de control y de no intentar buscar soluciones, la sarna seguirá actuando, y si las poblaciones de rebeco o demás animales que la adquieren no se gestionan debidamente, la agresividad de la enfermedad será cada vez mayor hasta poder llegar a no poder controlar algo que, con todas las dificultades que se quiera, es posible hacerlo".

En la comarca de Liébana, además de los graves problemas sanitarios que puede acarrear hay que tener en cuenta también los económicos. No se puede olvidar que muchas Juntas vecinales de la comarca tienen como únicos ingresos, o la mayoría de ellos, los que provienen de los canon de la caza y de las subastas en ferias, como la de la Caza, donde se llegan a pagar cantidades importantes por cazadores foráneos llegados de otras autonomías por abatir rebecos, venados o corzos. En consecuencia las especies cinegéticas para la comarca hay que tenerlas en cuenta desde los ámbitos ambientales, sociales, económicos y sanitarios. "Todo ello debería tener como consecuencia que, quienes han de tomar decisiones, no se olviden de hacerlo, no se esconda la cabeza bajo el ala y obviar lo evidente, porque quizá cuando se quiera actuar sea demasiado tarde para todos, pero sobre todo para la comarca".

Quienes así hablan cuentan a este medio que "aunque se trata de tomar a veces decisiones muy difíciles y sujetas habitualemnte a grandes polémicas y controversias, quienes han de tomarlas, que en este caso sería la propia administración, han de hacerlo con celeridad y a tiempo ya que la extensión de Peña Sagra no es muy grande y la densidad de animales mucha, por lo que la enfermedad puede propagarse de forma rápida y con terribles consecuencias de mortalidad", apuntando como soluciones inmediatas "la eliminación de ejemplares afectados cuando aparecen si el riesgo es elevado y sobre todo la "evacuación" de los cadáveres en lugar de dejarlos en el monte", además de buscar de forma alternativa el tratamiento de la enfemedad sobre el terreno en todo lo que se pueda". (Informa Pepe Redondo).


También en esta sección: