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Elecciones 1979 en Liébana

20/05/2015
El 3 de abril de 1979 se celebraron en España las primeras elecciones municipales tras la aprobación de la Constitución. Supusieron un gran triunfo de la Unión de Centro Democrático, el partido del presidente Adolfo Suárez. En Liébana, sin embargo, no fue así, ya que la UCD únicamente se impuso en tres municipios: Cabezón, Camaleño, y Tresviso, y eso porque en el primero fue la única candidatura que se presentaba. Veamos los detalles.

En Cabezón de Liébana estaban llamados a votar 924 personas (¡tiempos aquellos!). Sólo lo hicieron 297 y de ellos 31 fueron votos nulos. Los 266 restantes fueron para la UCD, cuya lista estaba integrada por Pedro Cabeza (primer alcalde postconstitucional), Primo Gómez, Santiago Larín, Constantino Bascones, Felipe Movellán, Miguel San Juan, Jesús Cires, José Luis González y Lucas Fernández, que formaron aquella primera corporación municipal.

En Camaleño, donde podían votar 1.327 personas, lo hicieron 877 que eligieron entre tres listas: la de UCD, encabezada por José Calvo, que obtuvo una gran mayoría absoluta, con el 71,28% de los votos frente al 24,57% de la Agrupación Independiente de Derechas (A.I.D.) y el 4,15% del PSOE. Con esos resultados, la Corporación quedó formada por 7 concejales de UCD (José Calvo –alcalde-, Julián Vélez, José Antonio Casares, José Antonio Garrido, Juan Manuel Guerra, Saturnino Llorente y Abel Pesquera) y dos de la A.I.D. (Cástor Bedoya y Luis López).

En Cillorigo, cuyo censo entonces todavía era inferior al de Camaleño, fueron 906 de los 1.305 llamados a votar los que lo hicieron. También tenían las mismas tres opciones que en Camaleño, pero en Cillorigo se impuso la Agrupación Independiente de Derechas, que obtuvo el 49,83% de los votos (5 concejales), mientras la UCD conseguía el 40,43% (4 concejales) y el PSOE, que no consiguió representación, el 9,74%. Los cinco concejales de AID fueron José Miguel de la Vega (alcalde), Eleuterio Relea, José María Briz, Tomás Fernández y José María Torre, mientras los cuatro de UCD fueron: Cástor Gutiérrez, Francisco Pardueles, Santiago Dobarganes y Gerardo Gómez.

En Pesaguero, donde votaron 433 personas de las 492 del censo, se impusieron los Independientes por Pesaguero, que consiguieron el 50,58% de los votos mientras la UCD se quedaba con el 46,87% y el PSOE con un 2,55%. Los cuatro concejales independientes fueron José Luis Cabo Bravo (alcalde), Manuel González Salceda, Rafael Vélez Millán y Félix Velarde Fuente; los tres de la UCD, Máximo Lobato Martínez, Pedro García Torre y Baldomero Rodríguez García.

En la capital lebaniega, Potes, a la sazón con un censo electoral de sólo 986 personas, fueron los independientes de la A.E.I.P. que encabezaba Miguel Ángel Díaz, “Cantolla”, quienes se impusieron. Obtuvieron el 54,63% de los 786 votos emitidos frente al 43,40% de UCD y el 4,97% del PSOE. Los independientes consiguieron cinco concejalías (Miguel Ángel Díaz, Eduardo Ruesga, Eladio Jesús Celis, Exaltación Torre –la única mujer concejal en Liébana en esas elecciones- y José María Puente) por cuatro la UCD (Manuel Cabo, Andrés Serna, José Antonio Gutiérrez y Mariano Linares).

En Tresviso, la lista de la de UCD, encabezada por Feliciano Campo Cotera, tuvo como único adversario la de Partido del Trabajo de Cantabria. La UCD copó las cinco concejalías (el censo formado por 111 personas daba derecho a este número de concejales) con Feliciano Campo, Serapio Campo López, Avelino Cotera López, Horacio López López y Fidel Campo Fernández.

En Vega de Liébana se produjo el único triunfo socialista en la comarca en aquellas elecciones, a las que estaban llamados 1.099 vecinos. Fueron 676 los que votaron, siendo para la lista del PSOE el 57,21% de los votos mientras que la de UCD se quedó con el 42,79%. Los cinco concejales socialistas fueron Ángel Vega (alcalde), Ciriaco Pantorrilla, Manuel Gutiérrez, Juan José Gómez y Francisco Señas mientras los cuatro de UCD fueron Luis del Hoyo, Félix Martínez, Ricardo González y Antonio Rodríguez.

Para culminar con los resultados de esas primeras elecciones municipales, digamos que en Peñarrubia, donde votaron 199 de los 388 que tenían derecho a hacerlo, se impuso la UCD con el 58,47% de los votos frente al 41,53% de la lista Independiente. Los concejales elegidos fueron: por la UCD, Ramón Sánchez Sotres (alcalde), Pedro Gutiérrez Viejo, Herminio Valverde Pardueles y Ramón Fernández Cotera; y por los Independientes, José Raúl Verdeja Salmón, Marcelo Campillo Gómez y Juan Martínez Noriega.

Estos son algunos de los alcaldes electos en aquellas elecciones en las fotos que publicó “Liébana Mensual”.

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Finalmente, vamos a hacernos eco de dos reflexiones que publicó "Luz de Liébana", por aquellas fechas. La primera, que debería tener plena validez hoy:

"¿Qué esperamos de las nuevas Corporaciones? Puesto que todos van con ilusión de trabajar por el bienestar de los pueblos que representan, ya veremos a ver, si por encima de los intereses particulares ponen los de la Comunidad que representan".

La segunda, más que una reflexión, es una enseñanza para los que resulten elegidos y es que Luz de Liébana daba cuenta, al mes siguiente de la elecciones, de que "Nada más tomar posesión del cargo, se nota ya que el nuevo alcalde de Potes es relojero, puesto que tras un largo periodo de "paro" funciona otra vez el reloj de la Torre" y es que "se aprecia en la nueva Corporación un gran espíritu de trabajo (que esperamos no decaiga), y así han procedido a limpiar La Serna y reparar la portilla del Ferial, han desatascado la alcantarilla del Barrio de San Pedro, y están en vías de proceder al cambio de lugar del basurero municipal, que tan molesto venía resultando en su actual lugar de ubicación".

Pero aquel primer ayuntamiento democrático de Potes no sólo empezaba fuerte a solucionar los problemas del pueblo sino que, además, tomaba iniciativas como la que se anunciaba de que "el señor alcalde estará de audiencia en su despacho del Ayuntamiento, todos los días (excepto sábados y festivos) de tres a cuatro de la tarde, medida ésta que me parece sumamente acertada [escribía IAS, el autor del artículo], tanto por la atención que supone para con el vecindario el dedicarle un horario determinado de audiencia, como si con tal medida se consigue que le dejemos trabajar en el negocio el resto del día sin darle la "tabarra" con asuntos municipales".

Ahora, 36 años después, los lebaniegos, bastantes menos que entonces, vuelven a estar llamados a las urnas para renovar los ayuntamientos, eligiendo entre una mayor variedad de candidaturas. Esperemos que acierten y que los elegidos lleguen con la ilusión de trabajar por el bienestar de los pueblos que representan.


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