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Muchos devotos en el comienzo de La Vez en Santo Toribio

29/04/2017

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El viernes 28 de abril, tal y como manda la tradición, muchos fueron los lebaniegos que se acercaron hasta el Monasterio de Santo Toribio para cumplir con el ancestral rito del comienzo de la Vez. Cofrades, que se distinguen del resto de fieles por la cruz dorada y lazo verde prendido en el pecho, con el presidente de la Cofradía de la Santísima Cruz, Javier Lombraña, al frente, junto a miembros de su Junta Directiva, así como muchos devotos de las localidades lebaniegas se fueron acercando con bastante antelación a la celebración del acto central: la Santa Misa. En esta primera celebración "tocó" el turno a pueblos de Pesaguero, recordándose especialmente a los Cofrades fallecidos.

La celebración litúrgica dio comienzo las doce del mediodía, en un templo donde la bancada del mismo se encontraba lleno de fieles. Ofició el superior de Santo Toribio, Juan Manuel Núñez, los también franciscanos del Monasterio lebaniego, Juan Ignacio Agirre, y el padre Pagola.

El oficiante hizo hincapié en la homilía en dos aspectos importantes en este día de la celebración de la festividad de Santo Toribio: el regalo de la Cruz, del sagrado madero que "nos" regaló al traerlo de Jerusalén y sobre todo el compromiso que adquirimos para llevar el amor que irradia a todos, pero especialmente a los muchos "heridos" que hay en las cunetas de la sociedad, de la vida, en los muchos desahuciados por los demás, en los más necesitados.

Durante la celebración y en el momento de la consagración, un grupo de cofrades cumplió con el rito pertinente arrodillados con los cirios encendidos hasta el final de la misma. Al final, y tras el canto del himno a la Cruz Sacrosanta, todos los fieles asistentes procedieron a la adoración del Lignum Crucis y, quien lo deseó, firmar en el libro que a tal efecto se colocó junto a la salida del templo.

A partir de ahora y cada viernes se estable un turno de asistencia hasta octubre en que tendrá lugar la clausura de esta tradición centenaria que sirve, además, para que algunos de esos fieles se reúnan una vez al año con vecinos de otras localidades que de otra manera no tienen contacto de forma habitual.

La tradición de La Vez nace de los habitantes de los propios pueblos quienes decidieron juntarse en el Monasterio el día de Santo Toribio para celebrar una Misa, y, después, cada viernes hasta el mes de octubre, asistir a la misma dos personas de cada localidad hasta llegar a la clausura el mes de octubre.

En la actualidad no se suele ser tan "exigente" en el número ya que los pueblos han sufrido importantes recesos en su población.

Informa Pepe Redondo.


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