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Cantos del Ramo de Navidad en Liébana

Forma parte de Navidad en Liébana I.

El Ramo de Espinama interpretado en Camaleño el 27/12/2006

Por su parte, el Ramo se cantaba en la Misa del Gallo, en la Nochebuena. Se confeccionaba un ramo con manzanas, rosquillas, cintas de colores… llevándolo las mozas a la Iglesia, para que fuera bendecido por el cura y, después, era subastado. Todo ello, acompañado del correspondiente canto que, similar en todos los pueblos, tenía, sin embargo, variantes de unos a otros. De en qué consiste nos informa María Bulnes, encargada del Aula de Cultura Tradicional del Valle de Valdebaró, en este corte (aunque el sonido no es bueno, merece la pena) del programa de radio La Jila, de Radio Laredo, en el que las chicas del Aula interpretan el "Ramo de Espinama".

Era famoso el ramo de Lebeña, que todavía se canta, habiendo sido interpretado en el Parlamento de Cantabria.

Su letra es ésta (tomada del libro de Antonio Gamaza, "Canciones y romances de Liébana"):

En el santo templo entramos
dispuestos para cantar
si el señor nos da licencia
hoy día de Navidad.

Licencia ya la traemos
que la fuimos a buscar,
a casa del señor
hoy día de Navidad.

Apártense feligreses
apártense para un lado,
dejen paso a las doncellas,
con este florido ramo.

Como somos doncellitas
algo nos acobardamos,
como el señor cura manda
algo de aliento tomamos.
Venimos con tu licencia
a ofrecer aquí este ramo,
vamos, vamos, doncellitas
vamos, vamos caminando.

Vamos a ver a la Virgen
que es la más hermosa y santa,
de la más hermosa rosa
nació el clavel de la gracia.

Que la escogió el Padre Eterno
hija de Joaquín y Ana,
la desposó con José
al que floreció la vara.

Estando un día la Virgen
en su aposento encerrada,
ya su corazón decía
ya su corazón hablaba.

¿Quién será aquella doncella
que ha de ser inmaculada?
¡Mi Dios quién la conociera
para andar en su compañía!

Estando en estos coloquios
vio venir por la su sala,
un bellísimo mancebo
vestido de carne humana.

Con una corona de oro
y un vestido que alumbraba,
con una cruz en su pecho
diciendo así esta palabra.

"Bendita entre las mujeres
pues estás llena de gracia",
turbada quedó la Virgen
sin poder decir palabra.

Y al pronunciar ella el "fiat"
toda la trinidad baja,
quedó el vientre de María
hecho un tálamo de gracia.

¿Es posible que María
siendo tan honesta y santa,
haya sido tan cruel?
Pues misterio aquí no falla.

Si le hay yo no lo sé,
mi esposa no dice nada...,
estos divinos esposos
caminaron su jornada.

Luego que a Belén llegaron
no han encontrado posada,
se retiran a un portal
que les daban las murallas.

Levántese el mayordomo
si en el Snto Templo está,
coja el ramo a las doncellas
y póngaselo en el altar.

Oh portentosos prodigios
para los hijos de Adán
que había de nacer el niño
de Belén en un portal.

Pues las profecías
de ella ya se han cumplido
de la virgen pura
va a nacer un niño.

Cuatro días de jornada
con fatigas de mal tiempo
tuvieron los dos consortes
para el empadronamiento.

Que había de venir
el que descendía,
del rey de Judá
según se decía.

Luego de las cercanías
de Belén y de sus muros,
caminan los dos consortes
y era de noche y oscuro.

Luego procuraron
de buscar posada,
y como era tarde
ya no la encontraban.

Entraron en un mesón
y luego que dentro estaban,
les dijo la mesonera:
afuera que no hay posada.

"Que todo está lleno
que ya no se cabe,
sálganse allá fuera,
sálganse a la calle".

San José de sentimiento
se acobardaba en extremo,
y a la Virgen le decía:
miremos el parentesco.

Que acá en la ciudad
debemos tener,
quién nos dé posada
humilde José.

Todos fueron tan ingratos
y tan poco compasivos,
que con un "vaya y no puedo"
todos les han despedido.

Pues la ingratitud
fue tan abundante,
lo mismo en parientes
que en los habitantes.

El glorioso San José
lleno ya de cobardía,
le dice a su santa esposa:
Salgamos fuera María.

Pues he recordado
que debe de haber
un portal establo
fuera de Belén.

Vamos allá San José
dice la sagrada reina,
si encontramos el portal
no demos impertinencias.

Ni a ningún pariente,
ni a ningún vecino,
pues las profecías
de ella se han cumplido.

Encontraron el portal
y entrando San José dentro,
halló en él de compañía
un buey y otro jumento.

Y dijo a su esposa
aunque con pesar:
aquí nos quedamos
en este portal.

La gran reina de los cielos
con alegría y contento,
le dice a su santo esposo:
este es nuestro aposento.

Y luego que entraron
la reina saluda,
a aquellas dos bestias
el buey y la mula.

Luego San José prepara
sitio para descansar,
Él y su esposa querida
en el mísero portal.

Pues con las fatigas
de tan largo viaje,
se hallan rendidos
estos dos personajes.

Inclinándose la Virgen,
un poco sobre su lecho
advirtió que se acercaba
el parto sin más consuelo.

Y al verse allí sola
sin gente ninguna,
más que las dos bestias
el buey y la mula.

La Virgen con gran dolor
y pena que la acompaña,
puesto al niño en su regazo
le decía estas palabras:

"Hijo de Dios Eterno
que al mundo has venido,
solo por los hombres
en donde has nacido".

Gloria los ángeles cantan
al señor del cielo y la tierra,
paz y buena voluntad
a los hombres muy de veras.

La música suena
en el alto cielo,
que estaba llorando
el niño en el suelo.

Las señas les dieron luego
que estaba envuelto en pañales,
en el portal de Belén
cuando fueron a adorarle.

Vinieron corriendo
unos pastorcillos,
con ciertos regalos
a adorar al niño.

Adoraron a aquel niño
estos humildes pastores,
y sacaron con presteza
pañales de sus zurrones.

Y los entregaron
a la Virgen Santa,
que los recibió
dándoles las gracias.

Se despiden de María
de San José y de aquel niño,
y estos humildes pastores
retornaron al camino.

Todos dando gracias
a Dios siempre eterno,
por haber presenciado
tan grande misterio.


Ver reportaje sobre los aguinaldos y los mandamientos en Navidad en Liébana II.

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