Píldoras de Historia

El bólido que atravesó Liébana en 1924

11/01/2015

Una de las definiciones de la Real Academia Española de la Lengua de la palabra "bólido" es: "Masa de materia cósmica de dimensiones apreciables a simple vista que, con la apariencia de un globo inflamado, atraviesa rápidamente la atmósfera y suele estallar y dividirse en pedazos". Con ese título, "Un bólido", publicó el periódico comarcal La Voz de Liébana en septiembre de 1924 la siguiente noticia:

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"En las primeras horas de la noche del sábado, 30 de agosto, y hora de las nueve menos cuarto, próximamente, cuantos se hallaban fuera de sus casas, en Potes y en gran parte de los pueblos de Liébana, se vieron sorprendidos por una claridad inusitada, que en los primeros momentos no supieron a qué era debida, atribuyéndola algunos que estaban en las calles céntricas de Potes y en las proximidades de la carretera, a los potentes faros de algún automóvil que se aproximaba, hasta que poco después, todos se apercibieron, que dicha claridad, procedía de la atmósfera, por la que cruzaba con gran rapidez y a no mucha altura, un cuerpo luminoso, de bastante tamaño y que dejaba tras de sí, una estela, también luminosa.

El bólido, llevaba la dirección de oeste a este, para los que le veían desde Potes, parecía que había partido de Peña Vieja y que se dirigía a Peña Sagra, pasó sobre Potes, en dirección a Valmenor, y pocos segundos después de haberse perdido de vista detrás del sierro de Pesquera, se oyó un gran estampido, como si el bólido hubiese explotado hacia Peña Sagra.

El espectáculo, según afirman los que tuvieron la suerte de presenciarlo, era sorprendente.

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A alguien se le ocurrió decir, que pudiera ser un proyectil que nos enviaran desde Marte, aprovechando la aproximación de este planeta a la Tierra. No os sonriáis. En los periódicos de Madrid, hemos leído la noticia, de que en dos estaciones de radiotelefonía, se han recibido unas señales ininteligibles, procedentes de Marte. Y la mayoría de los lectores, no se han sonreido".

Vemos, pues, cómo la propia noticia de La Voz de Liébana comenta, aunque en tono irónico, la posibilidad de que se tratara de lo que hoy algunos identificarían con un OVNI. De hecho, su caída en la zona de Peña Sagra, que en las publicaciones que se ocupan de lugares mágicos en Cantabria está siempre presente, probablemente sea considerada como una muestra más del carácter especial del lugar.

Sin embargo, entonces, en 1924, lo tenían claro: era un bólido, como los que aquel mismo año se habían dejado ver sobre Madrid (7 de marzo), Portugal (24 de junio) y Écija-Sierra Morena (hacia el 25 de junio). De alguno de ellos se habían recuperado restos, como del caído en Olivenza el 19 de junio, que pasó a engrosar la colección del Museo de Historia Natural de Madrid. Pesaba 36,5 kilos, siendo el segundo de más peso de los de la colección tras "el caído en Molina (Murcia) el 24 de Diciembre de 1858, «piedra meteórica, verdaderamente gigantesca», de 113 kilos y 725 gramos. El Museo contaba también con «tres grandes trozos del famoso bólido que cayó en Madrid el 10 de febrero de 1896"

Cuando la revista "Alrededor del mundo" publicaba estos datos de la colección del Museo madrileño, en julio de 1924, no había caído aún el de Liébana, del que no nos consta que se recuperara resto alguno; al menos en La Voz de Liébana no apareció nada al respecto en los números siguientes. En todo caso, aquí queda la historia del bólido que sobrevoló Liébana el 30 de agosto de 1924.


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