Estos días la aparición de la nieve en la cumbres de Picos de Europa ha llevado a recordar aquel refrán que dice que "Por Los Santos, la nieve en los altos". A lo largo de la historia ha habido años, sin embargo, en los que la nieve ha hecho acto de presencia en Liébana antes de esa fecha y bajando a cotas muy bajas. Vemos un ejemplo.
Octubre de 1885. Apenas comenzado el mes, el día 4, el periódico madrileño La Correspondencia de España informaba en una breve nota de que «En Puigcerdá ha nevado mucho. Hay en la actualidad dos palmos de nieve». Pocos días después, periódicos extranjeros avisaban de un fuerte temporal que iba a afectar a Europa y acertaron.
Las noticias de España de aquellos días dan cuenta de nevadas y vientos en muy distintos puntos: en los Pirineos, lo que origió el corte del telégrafo con Francia; en Ávila, donde impidió el paso de los trenes que iban a León; en Aranjuez; en el puerto de Pajares donde «desde Bundongo a Fuente Fierros, había el jueves cerca de un metro de nieve» (publicado el 18 de octubre); en «los montes próximos a Bilbao»; en «Alcoy, Gijona, Valle de Albaida y otros puntos de la región valenciana, donde no se recuerda haber visto nieve por esta época del año», etc.
En Cantabria ya el día 12 El Correo de Cantabria publicaba: «El temporal que publicaron los periódicos extranjeros se sentiría asaz fuerte en Europa, está reinando hace tres días: el cordonazo de San Francisco ha sido terrible, si juzgamos por los efectos de tierra y por el aspecto que presenta el mar. Rachas del Noroeste con frecuencia, mucha humedad, granizadas de cuando en cuando y frío, es lo que ha venido a sorprendernos después de una temporada de temperatura agradable». En la costa los pescadores llevaban tres días sin poder salir a faenar.
De la llegada a Liébana del temporal y de sus consecuencias fue el periódico santanderino La Verdad el que dio cuenta el día 15:
«Escriben de Puente de Ojedo (Potes) que, al amanecer del día 13, se hallaban los campos totalmente cubiertos de nieve, y a las once de la mañana, hora en que salía de aquel pueblo el correo para esta ciudad, continuaba nevando como en el rigor del invierno».
Y proseguía: «La vendimia no se ha verificado todavía, pero los malísimos resultados que de ella se temen, causan justa pena a los cosecheros».
Añade a continuación, como otra noticia, aunque tiene relación con la anterior: «En la mayor parte de los pueblos pertenecientes a los ayuntamientos de Camaleño, Vega de Liébana y Pesaguero, donde solo se recoge patata, maíz y una exigua cantidad de trigo, se han quedado sin cosecha. Solo algunos labradores han recogido algo, pero poco.
Por añadidura, en estos mismos pueblos tampoco se ha podido obtener yerba para el ganado.
Y sin embargo de todas estas desgracias, nunca se les ha prestado, y tememos que tampoco ahora se les prestará, a los infelices vecinos de las referidas localidades algunos auxilios con fondos de calamidades, como, según tenemos entendido, se hace en casos análogos con otras comarcas», acababa La Verdad.
Como vemos, la nieve de octubre vino a complicar la situación a quienes ya vivían una situación difícil. En todo caso, es una muestra de las anomalías del tiempo.