03/05/2015

El ganadero de la localidad de Lon, Camaleño, Carlos Mier, que no hace tantos días sufriera el ataque de los lobos a su rebaño de ovejas matando algunas de ellas e hiriendo otras muy cerca del pueblo, el sábado por la mañana cuando fue a dar una vuelta a las vacas en el lugar donde las tenía se encontró con la desagradable sorpresa de ver cómo había un jato muerto, al que no le dio tiempo a nacer por el ataque de los zorros cuando la madre se encontraba de parto. La novilla, la madre, fue atacada así mismo y lleva desde entonces tumbada en el prado sin poder levantarse. Con el fin de que no sea atacada de nuevo, se la tiene protegida debidamente.

En los últimos días, los ganaderos de Liébana han vuelto a sufrir en sus rebaños diferentes ataques tanto en Camaleño como en Cillorigo de Liébana. Potros, ovejas y jatos, han sido el punto principal de esos ataques que han terminado con diferentes animales muertos y heridos. Cada día que pasa sin actuar, el problema se agudiza más y los dueños de los rebaños ya no saben como hacer, sobre todo ahora que llega el momento de llevar las cabañas a los puertos. Piensan que si las alimañas se atreven a bajar hasta las inmediaciones de los pueblos, qué puede pasar en esas alturas donde solo tienen la protección de los perros.

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